{…}
—Dime… que me arrodille… y lo haré. Será el regalo del diablo —añadió torciendo
la boca—. Ni perlas, ni flores… ni vestidos. Algo nada santo. Te doy… a este
bastardo egoísta y arrogante… lo que soy… y lo mucho o poco… que puedo hacer.
Te doy… a mi hija… porque me quedo con ella… porque arruinaré su nombre para mi
propia satisfacción… porque solo tú, solo tú… duquesa… entiendes por qué lo
hago. Porque solo tú… puedes enseñarle a tener valor… a que no se preocupe… de
lo que digan los demás. Solo tú… puedes enseñarle… a ser como tú. Una duquesa.
—Abrió la mano y el papel cayó al suelo—. Una verdadera duquesa.
Flores En La Tormenta, Laura Kinsale
0 comentarios:
Publicar un comentario