-Te encontraré – susurró -. Te lo prometo. Aunque deba soportar doscientos años de purgatorio, doscientos años sin ti. Ése será el castigo por mis crímenes: por haber mentido, matado robado y traicionado. Pero algo me salvará en el balance. Cuando esté frente a Dios, tendré algo que decir que compensará el resto.
Su voz se apagó, convirtiéndose en un murmullo, y estrechó sus brazos alrededor de mí.
-Dios, me diste una mujer única. Y yo la amé como correspondía.
Atrapada en el Tiempo, Diana Gabaldon
Fragmentos y Frases
21:21 |
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