[...]—¿Dónde aprendiste a besar así? —pregunté, jadeante. Sonrió y me estrechó de nuevo.
—Dije que era virgen, no un monje —contestó y me besó otra vez—. Si siento que necesito ayuda, te la pediré.
[...]—¿Fue como lo imaginabas? —pregunté con curiosidad. Jamie rió y un ruido sordo retumbó en mi oído.
—Casi. Pensaba..., no, nada.
—No, dime. ¿Qué pensabas?
—No te lo diré. Te reirás de mí.
—Prometo no hacerlo. Cuéntamelo. —Me acarició el cabello, apartando los rizos de mi oreja.
—Ah, está bien. No sabía que se hacía de frente. Pensaba que se hacía por detrás. Como los caballos, entiendes.
Forastera, Diana Gabaldon
—Dije que era virgen, no un monje —contestó y me besó otra vez—. Si siento que necesito ayuda, te la pediré.
[...]—¿Fue como lo imaginabas? —pregunté con curiosidad. Jamie rió y un ruido sordo retumbó en mi oído.
—Casi. Pensaba..., no, nada.
—No, dime. ¿Qué pensabas?
—No te lo diré. Te reirás de mí.
—Prometo no hacerlo. Cuéntamelo. —Me acarició el cabello, apartando los rizos de mi oreja.
—Ah, está bien. No sabía que se hacía de frente. Pensaba que se hacía por detrás. Como los caballos, entiendes.
Forastera, Diana Gabaldon
Que inocente era Jamie en Forastera :D un amor!!
2 comentarios:
Precioso este libro adoro el personaje de Jamie
Yo también pensaba lo mismo cuando tenia 12 años
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