A pesar de la fastidiosa
aversión que ella sentía hacia él, Patrick
Hepburn confiaba en convertir a Catherine
Spencer en su esposa. Poco le importaba que ella no pareciera dispuesta a
aceptarle: todo lo que debía hacer era atraer a la presa con su señuelo y
capturarla: ya la domaría más tarde. Aquel rudo escocés utilizaría todas sus
artes de seducción para conquistar a la más hermosa y rebelde aristócrata
inglesa.
Un amor que nace, pero
demasiado ligado a lealtades y conspiraciones que amenazan las raíces de la
corona inglesa. Para Cat, aquel nefasto destino la unía inexorablemente a ese
hombre descomunal, que lucharía por reconstruir la fortuna de su familia y, de
paso, enamorar a la mujer que ha visto y deseado en sus más profundos sueños.
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